César Calero Cebrián y Miracle García Martínez, dos titulados por la Universitat Politècnica de València (UPV) -César es ingeniero mecánico y Miracle arquitecta técnica e ingeniera en diseño-, han ideado, creado y patentado SandRoller, la primera silla de ruedas que permite a personas con movilidad reducida moverse y bañarse en la playa de manera autónoma.
«Yo trabajaba de socorrista los últimos años de la carrera», afirma César, «en una playa accesible, donde hay sillas-anfibias, las que existen actualmente, que son totalmente pasivas, es decir, que los usuarios requieren de otra persona que les arrastre. Entonces, empecé a pensar cómo se podía mejorar eso. Ningún usuario de sillas de ruedas había conseguido rodar por encima de la arena de la playa de manera autónoma, y empecé a investigar y a desarrollar los mecanismos valorando la fuerza, la resistencia a rozaduras, y demás. Al final, vi con los cálculos que sí se podía hacer y empecé a trabajar, con Miracle, en la realización del prototipo».
«De hecho», prosigue César, «fue nuestro proyecto final de carrera. Lo patentamos, creamos una SL para empezar a trabajar en los prototipos e ir probándola, dándola a conocer, llevándola a ferias… Ahora, estamos en la fase final de prototipado antes de empezar a poner la silla a la venta».
GearBoX SR
Sandroller incluye un tren epicicloidal de ratio ½, llamado GearBox SR, que requiere la mínima fuerza para vencer la alta resistencia de la arena. El mecanismo que pone en funcionamiento las ruedas especiales que soportan la silla, para las que sus creadores han dispuesto unos aros interiores entre asiento y rueda que solo el usuario puede poner en marcha.
«Es la única silla del mundo que rueda de manera autónoma por la arena de la playa. Lleva unos mecanismos sellados y unos materiales específicos para que aguante la corrosión», añade el ingeniero mecánico por la UPV.
Muy buena acogida en Los Ángeles (Estados Unidos)
En la actualidad, indica César, «tenemos dos prototipos funcionando perfectamente y estamos a la espera de solucionar el aspecto económico para que su producción sea viable de cara a su venta». En ese aspecto, afirma, «estamos solucionando problemas derivados del coste de producción de las ruedas, valorando diversas opciones de moldes y demás».
La silla, en cualquier caso, «tuvo muy buena acogida en una feria en Los Ángeles y tenemos varios interesados en su compra». Los clientes, ya que «la silla es muy grande como para que la tenga cualquier usuario en su casa, son ayuntamientos y entidades públicas de localidades con playa».
Con el fin de promocionarla, hace pocas semanas, han enviado uno de los dos prototipos a Canarias, «donde un grupo potente en este ámbito como es Atletas Sin Fronteras está promocionándola allí».
Así las cosas, posiblemente muy pronto, las playas españolas empezarán a substituir las sillas-anfibias actuales por modelos autónomos, que permitan al usuario con movilidad reducida incluso darse un baño en el mar. Y todo ello, gracias a la idea de César y Miracle, dos titulados por la UPV que, un día, decidieron utilizar sus conocimientos para intentar mejorar el mundo.
Fuente: UPV