Centros católicos de la diócesis de Valencia se han unido a los llamados Coronavirus Makers, una red de voluntarios que utiliza la tecnología 3D para ayudar en la lucha contra el coronavirus, principalmente con la fabricación casera de pantallas de protección facial para el personal sanitario. Hasta la fecha, ya han repartido varios lotes de pantallas de protección en varios hospitales de la Comunitat Valenciana y también trabajan en el desarrollo de otros muchos proyectos.
De esta manera, el colegio Pureza de María de Ontinyent está fabricando viseras de protección facial para el personal sanitario o cuerpos de seguridad. “El material estará destinado para combatir al COVID-19 y es una iniciativa surgida de forma altruista”, han explicado desde del colegio, regido por la congregación Hermanas de la Pureza de María.
De igual manera, han realizado un llamamiento a la solidaridad “puesto que si quieres colaborar, tienes impresora 3D o quieres donar material, puedes obtener toda la información en la web Coronavirus Makers Comunidad Valenciana«. Además, “también existen iniciativas como Somos Uno o la comunidad Coronavirus Makers que están desarrollando ideas similares”, porque #EsteVirusLoParamosUnidos.
Por su parte, el colegio diocesano Claret de Xàtiva también ha puesto a disposición de las autoridades el material de laboratorio y las impresoras 3D con las que cuenta. Así, el colegio está contribuyendo a la iniciativa Covid-19 Makers del Campus de Alcoi de la Universidad Politécnica de Valencia (EPSA-UPV) fabricando en 3D soportes de pantallas de protección destinados a la sanidad pública además de colaborar con personal y voluntarios para el soporte técnico y diseño.
Familias de alumnos de Escuelas San José aportan acetatos para las viseras
En Valencia, las Escuelas San José, que rigen los religiosos jesuitas, han puesto a trabajar las impresoras 3D de los talleres de sus ciclos de Formación Profesional y de la ESO “para poder dar equipos de protección individual (EPI) a nuestros sanitarios”, han asegurado desde el centro educativo. La solidaridad, además, se ha extendido también a la comunidad educativa y a las familias de los alumnos que han contribuido con la aportación de los acetatos necesarios para la protección de las viseras.
“Todo comenzó ante la necesidad de material de protección en los centros de salud y hospitales de Valencia, de forma que el profesorado que suele emplear las impresoras 3D, al ver que en otras partes de España se estaba haciendo, empezó a realizar pruebas y diseños de elementos de protección que no disponían”.
En muy poco tiempo, “empezaron a usar el equipamiento del centro y las impresoras que tenían en sus hogares para poder fabricar los elementos necesarios”, han explicado desde las Escuelas San José de Valencia.
En colaboración con el Instituto Tecnológico del Plástico AIMPLAS, se está diseñando un molde para la inyección en plástico de mascarillas de seguridad. El profesorado fabricará el molde con las máquinas del taller de mecanizado y, posteriormente, se elaborarán esas mascarillas en las instalaciones de AIMPLAS con todas las medidas de seguridad necesarias.
”Nuestro deseo es ayudar a la construcción de una sociedad más consciente, compasiva y comprometida, con miedo pero con esperanza, en el confinamiento pero desde la libertad, y con la meta de superar esta difícil situación y salir fortalecido por el gran aprendizaje de afrontamiento a la adversidad”, han destacado.
Igualmente, desde el centro han subrayado que se sienten “satisfechos de que nuestro lema ignaciano, ´en todo amar y servir`, se haya hecho realidad una vez más y en este momento tan dramático para todos”, han afirmado.
Estas pantallas protegen más que unas gafas, porque cubren toda la cara y evitan que algunas partes se queden al descubierto. Para hacer estos protectores, el proceso es sencillo. Primero, fabrican una visera en una impresora 3D, le añaden una lámina de acetato rectangular, como las que se usan para encuadernar en las papelerías, y por último, sólo falta ponerle unas gomas para sujetarlo.
Todas ellas, una vez fabricadas, son entregadas “a través de los medios de distribución autorizados” que en algunos casos implica la colaboración de policías locales o agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Además, durante su fabricación se mantienen, en todo momento, los protocolos de actuación dictados por las autoridades.
Fuente: AVAN