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La UJI anuncia el primer centro valenciano de investigación en tecnología submarina y presenta el robot G500

La Universitat Jaume I de Castelló (UJI) ha presentado el proyecto de la nueva infraestructura para avanzar en la investigación robótica y las tecnologías subacuáticas con aplicaciones potenciales en salvamento, arqueología, conservación de la biodiversidad, acuicultura o industria del gas y petróleo. El vicerrector de Investigación y Transferencia, Jesús Lancis, y los investigadores del Laboratorio de Interacción y Sistemas Robóticos (IRS Lab) han dado a conocer las características del robot submarino G500, que recientemente ha llegado al campus de Castellón y que formará parte del equipamiento del futuro Centro de Investigación en Robótica y Tecnologías Subacuáticas (Cirtesu), cuyo presupuesto es de 857.000 euros, y que se convertirá en la primera infraestructura de esta modalidad de la Comunitat Valenciana y la segunda en el ámbito estatal.

El vicerrector Jesús Lancis ha valorado la excelencia científica y la innovación en la investigación liderada por el IRS Lab, que ha logrado consolidar una línea de estudio pionera y transversal en la UJI sobre robótica submarina y robots autónomos de intervención en solo una década. Además, Lancis ha señalado que esta infraestructura es uno de los cuatro proyectos conseguidos por la UJI para el período 2018-2020 en la convocatoria de subvenciones para infraestructuras y equipamiento de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i) de la Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte de la Generalitat Valenciana. Estas subvenciones están cofinanciadas en un 50% por la Unión Europea a través del Programa Operativo del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) de la Comunitat Valenciana 2014-2020. El ejecutivo autonómico financia el 66% del presupuesto del Cirtesu, ya que la UJI aporta 293.000 euros para la construcción del edificio.

«Desde el equipo rectoral reconocemos que en la UJI estamos en un momento extraordinario, y mostramos nuestro agradecimiento a la administración autonómica, porque en la pasada convocatoria de la Generalitat Valenciana conseguimos 3,5 millones de euros para proyectos de  infraestructuras, y la iniciativa promovida desde el IRS Lab, que implica una robusta colaboración multidisciplinar en el desarrollo de la tecnología del agua, fue de las mejor valoradas de toda la Comunidad», ha explicado el vicerrector Lancis.

La creación del Centro de Investigación en Robótica y Tecnologías Subacuáticas ha sido liderada por el catedrático de Ciencia de la Computación e Inteligencia Artificial de la UJI Pedro J. Sanz, director del Laboratorio de Interacción y Sistemas Robóticos. Además, ha contado con el apoyo de los grupos de investigación de la UJI de Ingeniería de Diseño, dirigido por la catedrática Rosario Vidal, y de Fluidos Multifásicos, coordinado por el profesor Sergio Chiva, además de investigadores en acuicultura del IATS-CSIC de Torre de la Sal, cuyo director es José Miguel Cerdá.

Pedro J. Sanz ha explicado esta mañana que, hasta el momento, el grupo IRS Lab ha tenido capacidad de manipulación submarina, con un brazo eléctrico dotado de sensores. «Con la llegada del robot submarino G500 —desarrollado por la spin-off Iqua Robotics, de la Universitat de Girona— tendremos también movilidad, ya que nos permitirá instalar el brazo eléctrico disponible en el robot». Durante diez años, los científicos de la UJI han colaborado con el Centro de Investigación en Robótica Submarina de la Universitat de Girona, dirigido por Pere Ridao, y con la Universitat de les Illes Balears.

Aplicaciones más sofisticadas

El submarino Girona 500 está dotado de módems científicos con tecnología sonar y radio, que permitirán diseñar nuevos sistemas de control remoto de robots submarinos sin cable. «De este modo, permite aplicaciones más sofisticadas como el agarre y transporte cooperativo de grandes objetos, como es el caso de las tuberías, con dos o más robots», argumenta el investigador del IRS Lab Raúl Marín, también profesor de Arquitectura y Tecnología de Computadores. Estas técnicas se han probado de momento en colaboración con el CERN con robots terrestres y en simulación en escenarios subacuáticos. «Con la llegada del robot G500 a la UJI, tendremos también capacidad de movilidad, permitiendo instalar el brazo disponible en el robot y abrir la puerta a nuevas aplicaciones como la supervisión e intervención en grandes depósitos de agua potable, puertos y mar abierto, hasta una profundidad de 500 metros», agrega Marín.

Polo científico de robótica del agua en Castellón

El edificio del Cirtesu se construirá junto a Espaitec y su infraestructura más importante será un contenedor de grandes dimensiones que permita avanzar en este ámbito de estudio de la ingeniería y la computación. El tanque de agua tendrá doce metros de largo por ocho de ancho, una profundidad de cinco metros y una capacidad de medio millón de litros, es decir, la mitad de una piscina olímpica. En la actualidad, el grupo IRS Lab dispone de un contenedor de agua de dos por dos metros y una profundidad de metro y medio.

El nuevo edificio, cuya finalización está prevista para 2020, permitirá a los investigadores de la UJI experimentar, sin necesidad de desplazarse a la Universidad de Girona, donde habitualmente realizan sus comprobaciones. De esta manera, no únicamente se ahorrarán costes en los desplazamientos, sino que la nueva infraestructura hará posible el desarrollo de nuevas tecnologías subacuáticas y crear un polo científico en robótica submarina en Castellón.

El IRS Lab (Interactive and Robotic Systems Lab) de la UJI tiene una amplia experiencia en robótica, con una perspectiva transversal: robots cooperativos en entornos peligrosos, como por ejemplo aguas submarinas, incendios o zonas con radiación, telerobótica, control remoto con supervisión humana, redes robóticas, arquitecturas computacionales, interacción humano-robot (HRI), inteligencia artificial (machine learning), etc.

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Fuente: UJI