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Productos innovadores que garantizan la seguridad y un mayor rendimiento del deportista

El Instituto de Biomecánica (IBV) ha desarrollado durante el último año el proyecto safesport, con el objetivo de mejorar las prestaciones de productos y superficies deportivas en términos de seguridad para el atleta y de rendimiento deportivo.

Frecuentemente la seguridad del deportista está reñida con el rendimiento. Por ejemplo, el uso de protecciones normalmente implica incomodidad y restricción de movimientos o reducción del campo de visión. En safesport se ha trabajado en lograr soluciones que minimicen el impacto sobre la forma en la que se desarrolla normalmente el deporte, y que al mismo tiempo ayuden a reducir el riesgo de lesiones.

De los diferentes problemas analizados, safesport se ha centrado en los impactos en cabeza y el mantenimiento de las condiciones adecuadas de juego de las superficies de césped artificial.

Los impactos en cabeza han tenido tradicionalmente una mayor repercusión social en deportes de contacto, como rugby, fútbol americano, hockey… donde desde hace años el uso de protecciones es generalizado. Sin embargo, tal y como explica Luis Sánchez, director del proyecto, “de manera más reciente, se ha extendido la alarma social al fútbol, especialmente en categorías inferiores donde los jugadores son niños. La ausencia de protecciones hace que los impactos de cabeza con otro jugador, la portería o el suelo se agraven, a la par que crece la inquietud en algunos países como EEUU o Reino Unido sobre los efectos provocados en la capacidad cognitiva de los futbolistas por los cabeceos constantes al balón”.

En el proyecto se ha estudiado la posibilidad de diseñar protecciones de cabeza – similares a las empleadas en rugby – y balones que tengan un comportamiento diferente en función del impacto, reduciendo la gravedad de aquellos que resulten más lesivos, pero sin influir en la dinámica de juego.

En otra línea de trabajo, se ha estudiado la forma de mejorar las condiciones de las instalaciones de césped artificial a través de un mantenimiento optimizado. Se han puesto a punto metodologías para analizar la capacidad de amortiguación para detectar el mejor momento para realizar las operaciones de mantenimiento adecuadas, y de rodadura de balón para garantizar que la experiencia de juego en fútbol sea la mejor posible. Así mismo, se ha llevado a cabo un ensayo de elasticidad de fibra de césped artificial para generar criterios de diseño que mejoren la capacidad de éstas de retornar a la posición vertical, que es la natural y recomendada para unas mejores condiciones de juego y de durabilidad de la instalación.

Adicionalmente, tal y como indica Sánchez “se ha realizado un estudio de jugabilidad con el objetivo de analizar la percepción de jugadores de fútbol sobre cuáles son las condiciones óptimas de juego, y correlacionarlas con los resultados obtenidos en los diferentes test disponibles actualmente”.

IBV ha contado con la colaboración de empresas establecidas en la Comunitat Valenciana, a la vanguardia en sus respectivos sectores. En el ámbito de las mejoras en el diseño y mantenimiento de césped artificial, han contribuido a la ejecución del proyecto Cespeval, Domenech y Realturf, mientras que para el trabajo realizado en relación a las protecciones en cabeza se ha contado con la ayuda de Closca y Luanvi.

Así mismo, desde el IBV se quiere agradecer la contribución al proyecto del club de fútbol Tabernes Blanques CF, más concretamente a los jugadores del equipo juvenil que han participado en los ensayos realizados, así como a la Federación Deportiva Municipal de Valencia, campos de fútbol de Dr. Lluch, Malvarrosa, Marxalenes y al ayuntamiento de Bonrepós i Mirambell por la cesión de sus instalaciones durante el curso del proyecto safesport.

safesport (Referencia IMDEEA/2018/53) ha sido financiado por el IVACE en el marco del programa de ayudas dirigidas a centros tecnológicos de la Comunidad Valenciana para el desarrollo de proyectos de I+D de carácter no económico realizados en cooperación con empresas para el ejercicio 2018, cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) en un porcentaje del 50% a través del Programa Operativo FEDER de la Comunitat Valenciana 2014-2020.

Fuente: IBV