VA | EN

Presentan un estudio sobre los gitanos rumanos y los ‘gorrillas’ extranjeros de Valencia

Rastro de Corbera. Paradas de gitanos rumanos. Autor: F. Torres 2016El jueves 10 noviembre se presenta al salón de actos de la Facultad de Ciencias Sociales, el estudio El vecindario romá [gentilicio que se dan a sí mismos los gitanos rumanos] y los inmigrantes que ejercen de aparcacoches en Valencia. Se trata del informe final del contrato de investigación firmado entre el Ayuntamiento de Valencia y la Universitat de València (UV) y realizado por los investigadores Francisco Torres, Albert Moncusí, Miguel Monsell y Yaiza Pérez. Junto a los autores del estudio, intervendrán Ernest Cano, decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universitat de València; Consuelo Castillo, concejala de Servicios Sociales. Ayuntamiento de Valencia; Roberto Jaramillo, concejal  de Cooperación al desarrollo y migración.

Este estudio constituye una aproximación a la problemática de la inmigración y la exclusión social a la ciudad de Valencia centrada en dos colectivos: las familias romá, gitanos rumanos, y el heterogéneo grupo de inmigrantes que ejercen de aparcacoches en varios espacios de la ciudad. El análisis de la situación social de este dos grupos se centra en su inserción laboral, en los márgenes de la economía informal, y en su inserción residencial a menudo en situación de infraviviendas.

Respecto a los gitanos rumanos, el estudio destaca que se trata de una migración joven y familiar. Aunque muchos de ellos tenían otros trabajos en origen, como herreros, vendedores, peones, etc., la conjunción entre crisis económica, moratoria laboral aplicada a los rumanos y el bajo nivel formativo del colectivo, ha hecho de la recogida de chatarra y otros objetos su actividad económica central que combinan, cuando pueden, con trabajos agrícolas o de limpieza y el recurso a la mendicidad. Desde el punto de vista de la vivienda, el estudio muestra como se ha dado en Valencia una trayectoria residencial dual.

Una parte del colectivo ha vivido, y vive, en chabolas y asentamientos en los espacios intersticiales de la ciudad (zonas de la huerta, antiguas áreas e instalaciones industriales) con graves problemas de habitabilidad, de empadronamiento y de acceso a servicios públicos. Otra parte de las familias romá viven en viviendas precarias, aunque normalizados, en los barrios obreros periféricos como El Cabanyal, Benicalap, Cruz Cubierta, Nazaret y otros. En estos casos, las mayores posibilidades cotidianas de relación vecinal tienen una doble cara. Miedo un lado, una cohabitación pacifica pero distante, basada en estrategias de evitación mutua. Por otra parte, es constatable un cierto malestar vecinal focalizado en el almacenamiento y manipulación de la chatarra y en una sociabilidad de calle considerada excesivamente expansiva y molesta.

Por su parte, los inmigrantes que ejercen de aparcacoches, popularmente conocidos como “gorrillas”, conforman un grupo masculino, muy heterogéneo respecto a su procedencia y que tienen en común una situación de exclusión laboral y social. Ejercer de “gorrilla” constituye una modesta fuente de ingresos que, en muchos casos, es también la única. El estudio presenta una tipología de espacios a la ciudad donde es habitual la presencia de aparcacoches como los espacios de negocios y/o administrativos, de servicios, de ocio u ocasionados por acontecimientos puntuales. Igualmente, la investigación presenta cómo se organizan estos espacios y la diversidad de situaciones, entre la dedicación eventual y que cambia de lugar y la dedicación casi permanente en el mismo espacio a lo largo del tiempo. Este es uno de los factores, entre otros, que conforman el tipo de relaciones entre los “gorrillas” y los ciudadanos y ciudadanas que aparcan su coche (que pueden oscilar desde el recelo, a los espacios y “gorrillas” ocasionales, hasta una cierta confianza, cuando a lo largo del tiempo quien presta el “servicio” es la misma persona y en el mismo espacio). Otra novedad del estudio es el análisis de los discursos de los propios inmigrantes al respecto de su actividad. Para unos, se trata de un trabajo, un servicio prestado; para otros, de una actividad para sobrevivir.

Además de las consecuencias por los afectados y afectadas, en términos de condiciones de vida e inserción social, esta situación implica una clara visualización negativa de estos dos colectivos y el peligro de su estigmatización. El estudio se cierra con propuestas referentes a la gestión del padrón municipal, medidas respecto a la recogida de chatarra para dignificar la actividad y disminuir el malestar vecinal, y propuestas respecto a la vivienda social en la ciudad, entre otros aspectos.

Se trata de un estudio inédito, dado que no hay investigaciones sobre esta problemática en la ciudad de Valencia, y relevante por sus consecuencias para los afectados y la posible incidencia negativa respecto a la convivencia vecinal y una adecuada cohesión social. En este sentido, el estudio interesa a profesionales, gestores públicos y ciudadanía en general, dado que la situación y trato a los colectivos más desfavorecidos constituyen uno de los indicadores de una ciudad inclusiva y de calidad democrática.

Fuente: UV