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Calculan el impacto del cambio climático sobre la cuenca de los ríos

Un modelo matemático desarrollado por investigadores de la Universitat Politècnica de València permite prever el impacto del cambio climático sobre la hidrología de la cuenca y la carga sedimentaria de los ríos, y determinar la vida útil de los embalses, en función de la evolución del clima.
La herramienta es una nueva aplicación de TETIS, modelo desarrollado por el Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA) de la Universitat Politècnica de València, de referencia en el ámbito de la investigación hidrológica, que ya se ha  implementado en cuencas de todo tamaño, desde menores a 1 km2 (en trabajos de investigación en diversas cuencas experimentales) hasta los 98.500 km2 del río Ródano en Francia.
Ahora, los investigadores del IIAMA han aplicado TETIS en la cuenca del río Ésera, y el embalse de Barasona, en un estudio en el que han participado expertos de la Universitat de Lleida suministrando datos de sedimento en suspensión de alta resolución temporal obtenidos durante los últimos diez años que han sido fundamentales para la validación del modelo. Sus conclusiones han sido  publicadas en el Journal of Soils and Sediments, dentro del volumen especial ‘Analysis and modelling of sediment transfer in Mediterranean river basins’.
“Existen diversos estudios que aseguran que en el Mediterráneo Occidental habrá una disminución general de la precipitación y escorrentía medias, así como un incremento de la torrencialidad de las tormentas extremas. Sin embargo, sólo unos pocos artículos han analizado el impacto del cambio climático en el ciclo de sedimentos en las cuencas mediterráneas”, apunta Félix Francés, director del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA).
El objetivo de los investigadores con este modelo es conocer la evolución de los caudales y los sedimentos y responder a si en los escenarios de cambio climático futuro la vida útil de los embalses será mayor o menor que con el clima actual, es decir, si se aterrarán o no más rápido. Hasta el momento lo han aplicado en el Ésera y el embalse de Barasona, y se está trabajando con la UdL en otras cuencas Mediterráneas.
Estudio
Para analizar los efectos del cambio climático, los investigadores se basaron en las predicciones de precipitación y temperatura del proyecto PRUDENCE para los escenarios climáticos actual y futuro; en este último caso, han trabajado con dos hipótesis de emisiones de CO2: A2 y B2. El escenario A2 describe un mundo muy heterogéneo, caracterizado por una población mundial en continuo crecimiento,  y en el que el crecimiento económico así como el cambio tecnológico están más fragmentados y son más lentos que en otros escenarios.
El escenario B2 describe un mundo en el que predominan las soluciones locales a la sostenibilidad económica, social y medioambiental, cuya población aumenta progresivamente a un ritmo menor que en A2, con unos niveles de desarrollo económico intermedios, y con un cambio tecnológico menos rápido y más diverso.” O en otras palabras, A2 es la previsión más pesimista para el mundo futuro, mientras que B2 es menos pesimista que la anterior (que no la más optimista). Estos escenarios se escogieron porque son los que utiliza habitualmente la administración española de forma oficial en los últimos años”, apunta Félix Francés.
El modelo TETIS ha sido utilizado para obtener series de precipitación y temperatura promedio en la cuenca, caudal líquido y sólido vertiente al embalse de Barasona, humedad del suelo promedio en la cuenca y altura equivalente del manto de nieve promedio en la cuenca para cada uno de los tres escenarios climáticos: clima actual y los dos escenarios de clima futuro.
“De los resultados de las simulaciones con TETIS se puede concluir que las aportaciones de caudal tenderán a disminuir en el futuro, como consecuencia directa de la disminución de la precipitación, una mayor evapotranspiración potencial y una menor humedad del suelo en la cuenca. Sin embargo y en contra de lo que cabría esperar por  la tendencia a una mayor torrencialidad de la precipitación futura, los resultados del modelo indican que las crecidas también tienden a disminuir debido a la fuerte disminución en la humedad del suelo: no todo va ser negativo en el futuro”, apunta Félix Francés.
Asimismo, del estudio se deriva una disminución importante de los recursos hídricos del 40 y 35% para los escenarios A2 y B2 respectivamente. Sobre el transporte de sedimentos tiende a disminuir en el primer caso y a aumentar muy ligeramente en el segundo. Esto se refleja en las tasas de aterramiento del embalse de Barasona, en el que para el segundo de los escenarios no se prevén modificaciones relevantes con respecto a la situación del clima actual, mientras que para el primero se espera una vida útil significativamente más larga. En concreto, la vida útil del embalse según el estudio desarrollado por los investigadores de la UPV y la UdL oscila entre los 100 años y los 163 años (asumiendo que un embalse deja de ser operativo cuando se aterra a un 90%).
El trabajo desarrollado por los investigadores de la Politècnica de València y la Universitat de Lleida se enmarcó dentro del proyecto Consolider SCARCE y del proyecto del Plan Nacional ECOTETIS.
Referencia
Gianbattista Bussi, Félix Francés, Enguerrand Horel, José Andrés López-Tarazón, Ramon J. Batalla. Modelling the impact of climate change on sediment yield in a highly erodible Mediterranean catchment. » Journal of Soils and Sediments. DOI10.1007/s11368-014-0956-7
Fuente: UPV