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Una investigación pionera recupera una galería de agua en El Guettar, Túnez

lluernesUn grupo de investigación de la Universitat de València, dirigido por Jorge Hermosilla, catedrático de Geografía y vicerrector de Participación y Proyección Territorial, ha recuperado, en el marco de un proyecto pionero sobre patrimonio hidráulico en territorio tunecino, una galería de agua en El Guettar (Gafsa). La última fase fue ejecutada mediante el programa de cooperación 0,7 Una Nau de Solidaritat de la Universitat de València.
El día 16 de noviembre fue la fecha elegida por la UNESCO para celebrar el Día Internacional del Patrimonio Mundial con motivo de la Convención de Patrimonio Mundial, Cultural y Natural que se firmó en París en 1972. Sobre la conservación del patrimonio es, precisamente, el trabajo que ha venido realizando el equipo de Jorge Hermosilla desde el año 2002 en el ámbito mediterráneo.
Con este proyecto se ha tratado de detectar, estudiar, recuperar y poner en valor el patrimonio hidráulico subterráneo que aún se conserva en forma de galerías de agua construidas entre los siglos XVIII y XIX en las riberas mediterráneas y que remontan su origen a las tierras de Oriente Medio. “Durante siglos, la técnica de los ‘qanats’ o ‘foggara’, como se denominan habitualmente estas galerías, se difunde por las dos riberas del Mediterráneo hasta llegar a la península ibérica”, apunta Hermosilla.
Su equipo, la unidad de investigación ESTEPA-Estudios del Territorio, Paisaje y Patrimonio, inició el trabajo en el territorio valenciano. Con el apoyo de la AECID, la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo, varios años después, se trasladó a Túnez, para abordar el estudio de las galerías de agua tunecinas. Y en particular en la gobernación de Gafsa, donde arrancó una investigación pionera en el oasis de El Guettar, lugar que presenta “el mejor conjunto de galerías del país”, afirma el investigador, mediante el apoyo del Programa 0,7 de la Universitat.
El proyecto de la AECID, durante 2009 y 2013, realizado por la unidad ESTEPA, ha sido un hito. “Nunca se había producido un estudio de esta naturaleza en Túnez, ha sido una investigación pionera porque, por un lado, aborda la totalidad del territorio tunecino y, por otro, lo hace a partir de un elemento patrimonial común, que es la galería de agua. Hicimos un estudio detallado de entre 110 y 120 de estas galerías”, puntualiza. Paralelamente, se inició el proyecto de rehabilitación de una galería de agua (qanat), en colaboración con la Asociación para la Conservación de la Medina de El Guettar y el Instituto de las Regiones Áridas (IRA), financiado por el Programa 0,7 de la Universitat  de València.
La población tunecina de El Guettar concentra más de una treintena de galerías (‘moukoula’ en la lengua autóctona), un conjunto que dio origen al oasis que hoy presenta. El equipo de investigación de la Universitat de València eligió una de estas galerías, llamada Aín Bousoufa (‘aín’ significa ‘fuente’), por tratarse de la que mantenía completa su estructura básica (galería, lumbreras y bocamina). “La galería Aín Bousoufa tiene entre 26 y 28 pozos o lumbreras, conserva la bocamina (la salida al exterior de la galería horizontal) en el centro del palmeral, se configura como el modelo típico de una galería tunecina y, además, está en contacto con un relieve montañoso destacado, las montañas Jbel Orbata, que provocan precipitaciones estacionales y permiten la acumulación de los recursos hídricos subterráneos”, señala Jorge Hermosilla.
Esta galería contactaba con el nivel freático del monte Jbel Orbata. El funcionamiento de un sistema de galería de agua consiste, precisamente, en la captación de agua subterránea acumulada en los piedemontes del relieve montañoso. Las galerías se caracterizan por una pendiente muy suave, que facilita la salida del agua por gravedad, sin necesidad de fuerzas motrices adicionales (humana, animal, mecánica). Las galerías se extienden desde los piedemontes hasta el llano, ocupado por el oasis. De esta manera, no fue necesaria la construcción de pozos.
La longitud de la mina, en esta ocasión, supera el medio kilómetro. Es por ello que hay cerca de una treintena de lumbreras, que actúan como respiraderos, entre la galería y el nivel freático. Este sistema de extracción de agua, ideado especialmente para cultivos de regadío, en particular la palmera datilera, ha sido tradicional en las riberas mediterráneas desde hace siglos. Sin embargo, en el caso de la región tunecina, este patrimonio hidráulico ha entrado en crisis por su abandono en las décadas de los sesenta y setenta del siglo XX, al ser sustituido por pozos de extracción vertical. Hermosilla explica que aquel fue el momento de la expansión económica tunecina, bajo el gobierno del presidente Habib Bourguiba. Una política económica dirigida a la modernización de la agricultura y, con ello, la expansión de la agricultura de regadío a través de pozos. Este sistema de captación redujo el nivel freático y, como consecuencia, las galerías dejaron de funcionar. Los pozos capturaban agua con caudales superiores al sistema tradicional, aumentando así el espacio de regadío y dejando inservibles las galerías. “Ahora ya no hay marcha atrás -asevera-. La economía de Túnez, sobre todo en las zonas de interior, depende básicamente de la ganadería extensiva, y del cultivo de olivo y de oasis -estos últimos se han ampliado para la producción del dátil-, y, por lo tanto, necesitan explotar los nuevos sistemas de regadío”.
La puesta en valor de Aín Bousoufa y su trascendencia internacional
Dadas las circunstancias, el equipo de investigación valenciano desarrolló el proyecto de recuperación de la galería Aín Bousoufa por tratarse, entre otras razones, de un punto turístico estratégico que revalorizaría la zona y mejoraría las condiciones patrimoniales, económicas y sociales de la población local. Así pues, se ha realizado la recuperación parcial de la galería, poniendo así en valor la mina y haciéndola visitable, si bien no ha sido posible retomar el caudal de agua. Para ello, “se han rehabilitado todas las lumbreras, la bocamina, el pozo madre y buena parte del túnel horizontal”, explica el director del proyecto. Por otro lado, se ha llevado a cabo una serie de acciones de divulgación para concienciar del valor patrimonial de la galería a la población autóctona. La televisión tunecina recogió en un reportaje las obras realizadas.
El periodo de recuperación de la galería Aín Bousoufa coincidió, durante unos meses, con la revolución de Túnez, lo que provocó la paralización de las obras, pero no su fracaso. De hecho, el proyecto, finalizado en 2013, ha dado el salto fuera de la frontera tunecina y el próximo mes será presentado en el marco de un seminario internacional que se celebrará en Abu Dabi, organizado en la segunda ciudad más importante de los Emiratos Árabes Unidos por la Universidad de la Sorbona. Además, Publicacions de la Universitat de València ha editado un libro sobre el proyecto, en el marco de una colección dirigida por Jorge Hermosilla, que fue presentado en la Casa Árabe de Madrid con la asistencia de los embajadores de varios países árabes en España, entre ellos, Argelia, Marruecos, Túnez, Arabia Saudí o Kuwait; y la AECID, por su parte, ha mostrado interés en la investigación y en continuar el trabajo del grupo ESTEPA en esta línea para aplicarlo en otros territorios del Magreb.
El Programa 0,7 de la Universitat de València
Desde el año 2010, el proyecto de recuperación del patrimonio hidráulico del grupo ESTEPA se enmarca en el Programa 0,7 Una Nau de Solidaritat (http://links.uv.es/5wev1In), de la Universitat de València, a través del Vicerrectorado de Internacionalización y Cooperación, que dirige Guillermo Palao. Este programa está gestionado por la Comisión 0,7, creada en el año 1995 con la misión de establecer las líneas generales de actuación en materia de cooperación al desarrollo de la Universitat de València; distribuir el presupuesto 0’7 -que se obtiene del 0’7% del presupuesto de la Universitat, así como con carácter voluntario del 0’7% de las nóminas de su personal y de las tasas de matrícula de sus estudiantes- entre los diversos programas de cooperación; controlar y supervisar este presupuesto; y preparar y resolver convocatorias de proyectos propios de cooperación.
Fuente: UV